Página de filosofía y discusión sobre el pensamiento contemporáneo

jueves, 13 de marzo de 2008

Baila el chiki chiki.

Después de una larga, monótona y previsible campaña electoral, con la excepción de la brillante y alentadora irrupción de Rosa Díez en el parlamento, es hora de volver a las cosas serias. Aprovecho este foro para reclamar el apoyo para nuestro conspicuo representante en Eurovisión: Rodolfo Chiquilicuatre.

No lo digo porque quiera desprestigiar el casposo y friki festival, en el supuesto de que los dos adjetivos fueran de algún modo compatibles. Al contrario, lo digo en serio. La gala de Eurovisión tiene una audiencia media de 300 millones de personas en todo el mundo y esto es así porque los que compiten no son artistas individuales sino los representantes de las naciones. Hubo un tiempo en que el honor patrio se medía, en parte, en función del puesto alcanzado en la gala; las filias y fobias entre los países tenían su plasmación material y cuantificable en los votos que uno y otros se daban (o mejor: que se dejaban de dar). Algo de eso aún perdura. Estoy convencido de que el desprestigio del festival entre los españoles se debe en gran medida a los paupérrimos resultados obtenidos por nuestros representantes, si hubiéramos ganado alguna de las inmediatas ediciones precedentes… ¡otro gallo cantaría! Aún así el festival tiene una importantísima audiencia y un considerable prestigio allende de nuestras fronteras, y… ¿A quién mandamos? A Rodolfo Chiquilicuatre …ahí… ¡con un par! Como diría nuestro ínclito ex-presidente de gobierno: ¡Sin complejos!

Ahora hagamos un ejercicio de imaginación. Supongamos que Cataluña y el País Vasco se independizan y acuden a eurovisión. ¿Osarían mandar a la gala un espécimen tipo “Chiquilicuatre”?

Luego dicen del nacionalismo español…

3 comentarios:

  1. Joder, acabo de perder un comentario fruto de media hora de esforzado análisis. No volveré a repetirlo. Nada, sólo agradecer a Óscar su reflexión y desear que la red no se confabule de nuevo contra mi modesta opinión.

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  2. Este es el grado humorístico del español...Porque el chiki ni siquiera es un bufo (estilo Chiquito de la Pradera o Andrés Pajares), que tendría su sentido. Es la más alta representación de lo que por estos lares se denomina artista, cualquier cosa capaz de mantenerse en televisión durante los diez minutos que hay entre un corte publicitario y otro.
    Ahora bien cuando se denomina representación al esperpento de Tú sí que vales, o a la epilepsia de Fama, o el talento es eso que puede verse en el programa homónimo (es que estamos gilipollas)... Pues nada, ya sabemos lo que nos toca bailar este verano...

    Y los de Europa vendrán a la costa mediterránea una vez más a ver al nuevo Quijote español, que ya se sabe que el españolo es uno gente muy divertida olé, olé.

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  3. Se sumo a la propuesta de Oscar desde Londres. Sin complejos si...
    El que me da miedo es el bobo de Buenafuente...

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