Página de filosofía y discusión sobre el pensamiento contemporáneo

miércoles, 18 de octubre de 2017

Si me preguntan diré...
Borja Lucena

Si me preguntan, diré que soy español, pero mi respuesta, a pesar de lo que nos intentan hacer creer los apasionados de las identidades profundas, no está teñida de dramatismo. De hecho, hasta que no me han obligado, creo que nunca le he dado tanta importancia como para ponerlo en forma de declaración. No tengo un sentimiento nacional embriagador, y digo soy español, sobre todo, porque me empujan a aclarar que ser español no significa ser “españolista”, si es que eso quiere decir marcar una línea nítida que separa genética o étnicamente, que distingue los amigos de los enemigos, o que establece un juicio de supremacía implícito o explícito. No, no es eso. Dejaré de lado la interesada debilidad intelectual de equiparar lo español con lo fascista. Si pudiéramos discutir con seriedad, ese tipo de cosas deberían sonrojar a quien las formulara. No puedo negar que soy español, como Bakunin no podía negar que era ruso, pero con ello no estoy nombrando una esencia inalterable. Aquellos que hoy llaman “franquista” a cualquiera que rechiste son los que utilizan el léxico esencialista tan del gusto del dictador: ser catalán, español o austro-húngaro, al parecer, va unido a una tabla de categorías definitiva e inmodificable. Eso no es lo que yo quiero decir cuando escribo que soy español.

Si hubiera de señalar una de las más peligrosas trampas que ha asumido buena parte de la izquierda, creo que sería importante mostrar cómo ha aceptado obedientemente la apropiación del significante “España” por parte de la derecha. Yo, desde una izquierda libertaria, me niego a obedecer a los que han realizado esa expropiación fraudulenta. Abandonar España a la derecha reafirma el gesto originario de la brutalidad franquista, cuyo objeto consistió en alejar a este país de las ambiguas y bivalentes aguas de la cultura española para acuñar un mito identitario, unitario y siniestro. Podemos perorar sobre monstruosidades conceptuales como esa España “unidad en lo universal”, pero también recordar cómo España fue el frente de la lucha contra el fascismo y el totalitarismo cuando nadie luchaba seriamente contra ellos. En este sentido, un cartel de la CNT podía afirmar: “El invasor se estrellará contra la muralla humana del pueblo español”. Cederle gratuitamente España a Franco supone, no sólo una rendición firmada ad aeternam, sino una renuncia a los ideales más valiosos de la izquierda española, aquellos que hablan de una España de la revolución, la esperanza, la resistencia a la opresión y la búsqueda de una libertad efectiva. España no tiene porqué ser la caricatura enarbolada por Franco y sus secuaces, esa caricatura ahora utilizada a discreción por algunos independentistas catalanes para desacreditar a cualquiera que no asuma inferioridad con respecto al nacionalismo dramático y exclusivista. España, en realidad, se hace en esas posiciones móviles que depende de nosotros realizar. No es lo mismo la España franquista que la España cantada por Miguel Hernández: “Esta España que, nunca satisfecha / de malograr la flor de la cizaña, / de una cosecha pasa a otra cosecha: esta España”. Y no admito que nadie, por el hecho de yo ser español, decida por mí qué España es aquella a la que pertenezco, y me cambie la una por la otra.

viernes, 13 de octubre de 2017

Menos que nada; fragmentos.
Óscar Sánchez Vega

Como bien sabéis, amigos feacios, el pasado verano he terminado la lectura de Menos que nada, la obra magna de Slavoj Žižek. Algunos me habéis pedido una reseña del libro y desde ya mismo me declaro absolutamente incapaz de hacerla. Tampoco me ha parecido oportuno escribir unas líneas superficiales sobre uno u otro aspecto de la obra cuando en esta misma página tenemos a la mano los magníficos comentarios de Eduardo Abril. Así que me voy a limitar a compartir con vosotros algunos fragmentos que me han parecido, por diversas razones, especialmente sugerentes (lamento no haber apuntado la página de la edición en español de los dos primeros fragmentos).

La lechuza de Minerva:
"Hegel era bien consciente de que la lechuza de Minerva alza el vuelo al atardecer, después de producido el hecho; o sea, que el Pensamiento sigue al Ser (razón por la que, para Hegel,  no puede haber comprensión científica del futuro de una sociedad). Por contra Marx reafirma la primacía del Pensamiento: la lechuza de Minerva (la filosofía contemplativa alemana) debe ser reemplazada por el canto del gallo galo (el pensamiento revolucionario francés) que anuncia la revolución proletaria; en el acto revolucionario proletario, el Pensamiento precede al Ser."

Placer y Goce:
"Aquí aparece la distinción clave de Lacan entre placer y goce: lo que está "más allá del principio del placer" es el goce mismo, la pulsión como tal. La paradoja básica del goce es que es tanto imposible como inevitable: nunca se alcanza plenamente, pero simultáneamente, nunca podemos liberarnos de él -cada renuncia al goce genera un goce de renuncia, cada obstáculo al deseo genera el deseo del obstáculo y así sucesivamente-.

Apariencia y realidad: el partido del Orden.
"La misma superposición de la apariencia con la verdad está a menudo en funcionamiento con la autopercepción ideológica. Recordemos el brillante análisis de cómo en la revolución francesa de 1848, el Partido del Orden conservador-republicano funcionaba como una coalición de las dos ramas del realismo monárquico (orleanistas y legitimistas) en el "reino anónimo de la República". Los diputados parlamentarios del Partido del Orden consideraban su republicanismo como una farsa: en los debates parlamentarios frecuentemente incurrían en lapsus monárquicos y ridiculizaban a la República para que se supiera que su auténtico objetivo era el de restaurar la monarquía. De lo que no eran conscientes era del hecho de que ellos mismo estaban engañados respecto al auténtico impacto social de su actitud. Lo que estaban haciendo efectivamente era establecer las condiciones del orden republicano burgués que tanto despreciaban (al garantizar, por ejemplo, la salvaguarda de la propiedad privada). De modo que no es meramente que fueran realistas que llevaban una máscara republicana: aunque se percibieran a si mismos como tales, su convicción realista más íntima e "interior" era la careta engañosa que ocultaba su auténtico papel social. En resumen, su realismo lejos de ser la verdad oculta de su republicanismo política era el sustento fantasmático de su auténtico republicanismo; era lo que añadía pasión a su actividad."
S. Žižek, Menos que nada, pags 391/2.

El animal que yo soy.
El punto de partida de Derrida es que toda la diferenciación clara y general entre los humanos y "el animal" en la historia de la filosofía (desde Aristóteles a Heidegger, Lacan y Levinas) debería ser reconstruida: ¿qué nos autoriza a decir que solo los humanos hablan, mientras que los animales meramente emiten signos, que solo los humanos responden, mientras los animales solo reaccionan, (...)? ¿qué le permite a Lacan, por ejemplo, afirmar con tal autoconfianza, sin proporcionar ningún dato ni argumentos, que los animales no pueden fingir que fingen? ¿qué le permite a Heidegger afirmar como un hecho autoevidente que los animales no se relacionan con su muerte? (...)
Tales caracterizaciones negativas de los animales (como carentes de habla, de palabra, etc) generan la apariencia de una determinación positiva que es falsa: los animales capturados en su entorno, y demás. (...)
¿Pero no es tal nivelación violenta una caracerística necesaria de todo movimiento crítico, de todo surgimiento de lo Nuevo? Quizá entonces, en vez de desechar in toto tal "lógica binaria", deberíamos afirmarla, no solo como un paso necesario de simplificación, sino como inherentemente verdadera en esa misma simplificación. Por decirlo en hegeliano, no se trata solo de que, por ejemplo, la totalización efectuada bajo el epígrafe "el animal" implica la eliminación violenta de una compleja multiplicidad; también ocurre que la reducción violenta de tal multiplicidad a una diferencia mínima es el momento de la Verdad. (...) Lo que el hombre encuentra en el Animal es a sí mismo en su determinación oposicional: visto como un animal el hombre es el animal espectral que existe al lado de todos los animales realmente existentes. (...) La oposición estándar animal/humano se formula desde la perspectiva del humano como ser, como ya constituido; no pude pensar al humano en su devenir. Piensa a los animales desde dentro de del punto de vista dado para los humanos; no puede pensar al humano desde el punto de vista del animal. En otras palabras, lo que oculta esta diferencia humano/animal no es solo el modo en que los animales realmente son independientemente de los humanos, sino la diferencia que efectivamente marca la irrupción del humano dentro del universo animal. Es aquí donde entra el psicoanálisis: la "pulsión de muerte" como nombre de Freud para la dimensión siniestra del humano-en-devenir.
S. Žižek, Menos que nada, pags 453/5.

El lenguaje como forma de melancolía.
"El lenguaje es en este sentido una forma de melancolía, no de duelo: en él tratamos un objeto que todavía está vivo como si ya estuviera muerto o perdido."
S. Žižek, Menos que nada, pag 458.

El Gran Otro:
"Lo que Lacan llama "el Gran Otro" es una agencia de reglas sociales y apariencias que le confiere a todo lo que hacemos un aspecto mínimo de teatralidad: no importa cuán apasionadamente actuemos, nuestros deseo siempre es un deseo del Otro, mediado por el Otro (el tejido simbólico que proporciona los guiones para los deseos posibles); no somos directamente nosotros mismos, interpretamos el papel de nosotros mismos, imitamos una ficción de lo que somos."
S. Žižek, Menos que nada, pag 637

La dialéctica de la ilustración:
"La ilustración, de ser coherente, conduce a su propia negación: la crítica que primero se dirige contra las supersticiones religiosas y metafísicas necesariamente acaba negando sus propias presuposiciones metafísicas, su propia confianza en un mundo determinista y racional que inexorablemente conduce al progreso."
S.  Žižek, Menos que nada, pag 687

La figura paterna:
"Por esta razón nuestra experiencia de la figura paterna oscila necesariamente entre la falta y el exceso: siempre hay "demasiado" o "demasiado poco" del padre, nunca en la medida justa: "o es querido como presencia, o en su presencia él está demasiado presente". Por un lado, tenemos el motivo recurrente del padre ausente, culpado de todo, incluyendo la tasa criminal entre adolescentes; por el otro lado, cuando el padre efectivamente está "ahí", su presencia es vivida necesariamente como perturbadora, vulgar, presuntuosa, indecente, incompatible con la dignidad de la autoridad paterna, como si su presencia como tal fuera ya un exceso avasallador."
S. Žižek, Menos que nada, pag 745.

Vertigo, película antiplatónica:
"Por esto mismo Vertigo es la película antiplatónica definitiva, una sistemática subversión materialista del proyecto platónico: la furia asesina que se apodera de de Scottie cuando finalmente descubre que Judy, a la que ha intentado convertir en Madeleine, es (la mujer que conocía como) Madelaine, es la furia del platónico engañado, cuando percibe que el original que quería rehacer en una copia perfecta ya es en sí mismo una copia. La sorpresa aquí no consiste en que el original resulte ser finalmente solo una copia -un engaño típico contra el que el platonismo nos advierte continuamente-, sino que (lo que pensábamos que era) la copia resulta ser el original."
S. Žižek, Menos que nada, pag 758

La ambigüedad del secreto:
"Strauss es, por supuesto, consciente de la ambigüedad del estatuto del secreto: un secreto no es solo lo que conoce el profesor pero se cuida de divulgar a los no iniciados; un secreto es también un secreto para el profesor mismo, algo que no se puede penetrar ni articular en términos conceptuales. Por consiguiente, un filósofo usa el discurso parabólico y enigmático por dos razones: para esconder el núcleo auténtico de su enseñanza frente a la gente común, que no está preparada para ello, y porque el uso de tal discurso es el único modo de describir las ideas filosóficas más altas"
S. Žižek, Menos que nada, pag 860.
Lo Real para Lacan:
"Para Lacan, lo Real solo puede demostrarse a través de la lógica formal, no de un modo directo, sino negativamente, a través de un callejón sin salida de formalización lógica: lo Real solo puede discernirse bajo la forma de una brecha, un antagonismo. El estatuto primordial de lo Real es el de un obstáculo, la causa ausente de un fracaso, una causa que no tiene consistencia ontológica positiva en sí misma, sino que está presente solo a través de y en sus efectos. Por expresarlo de forma resumida: uno intenta formalizar lo Real, fracasa, y lo Real es este fracaso."
S. Žižek, Menos que nada, pag 916.

La casa de torturas del lenguaje:
"El lenguaje como "gran Otro" no es un agente de sabiduría cuyo mensaje deberíamos armonizar nosotros mismos, sino un medium de cruel indiferencia y estupidez.  La forma más elemental de torturar la lengua materna se llama poesía; pensemos en todo lo que una forma poética compleja, como un soneto, le hace al lenguaje: ata el flujo libre de discurso a un lecho de Procusto de formas fijas de ritmo y rima. (...) La idea es, por el contrario, que Heidegger ignora el impacto realmente traumático de la "pasividad" de nuestro estar atrapados en el lenguaje, la tensión entre el animal humano y el lenguaje; hay un "sujeto" porque el animal humano no "encaja" en el lenguaje, el "sujeto" lacaniano es el sujeto torturado, mutilado."
S. Žižek, Menos que nada, pags 948/9.

La lucha de clases:
"Recordemos aquí la lección de Louis Althusser: "lucha de clases" paradójicamente precede a las clases como grupos sociales determinados, pues toda posición de clase y determinación es ya un efecto de la "lucha de clases". (Esta es la razón de que "lucha de clases" sea otro nombre para el hecho de que "la sociedad no existe"; no existe como un orden positivo de entidades). En otras palabras, deberíamos tener siempre en cuenta que, para un auténtico marxista las "clases" no son categorías de una realidad social positiva, partes del cuerpo social, sino categorías de lo Real de una lucha política que atraviesa todo el cuerpo social impidiendo su "totalización".
S Žižek, Menos que nada, pag 978.
El papel del líder:
"Lo Real de un Acontecimiento-Verdad se inscribe en el espacio de ficción simbólica a través de un nombre propio (de un líder); Lenin, Stalin, Mao, Ernesto Che Guevara. Lejos de señalar la corrupción de un proceso revolucionario, la celebración del nombre propio del líder es inmanente a ese proceso: por explicarlo en términos algo más toscos, sin el papel movilizador de un nombre propio el movimiento político queda atrapado en el orden positivo del Ser expresado por las categorías conceptuales; solo a través de la intervención de un nombre propio surge la dimensión de "exigir lo imposible", de cambiar los márgenes de lo que aparece como posible."
S Žižek, Menos que nada, pag 979.

¿Qué es la historia?
"La historia comienza realmente cuando nuestra visión del pasado ya no está coloreada por nuestra experiencia (negativa) del presente, cuando somos capaces de percibir el pasado como una época regulada por formas de organización social que difieren radicalmente de las actuales."
S Žižek, Menos que nada, pag 1034.

Sexualidad y sexo animal:
"Hay que oponer aquí sexualidad y sexo animal (copulación): el sexo animal no es "sexual" en el sentido de la sexualidad humana. La sexualidad humana no se define por su contenido corpóreo; es una característica formal, una distorsión o extensión del espacio y del tiempo que puede afectar a cualquier actividad, incluso a aquellas que no tienen nada que ver con la sexualidad. ¿Cómo adquiere connotaciones sexuales una actividad que es en sí misma asexual? Se "sexualiza" cuando no consigue  alcanzar su meta asexual y queda atrapada en un círculo vicioso de repetición  inútil. Entramos en la sexualidad cuando una actividad o gesto que "oficialmente" sirve a alguna meta instrumental deviene en un fin en sí mismo, cuando comenzamos a gozar de la misma repetición "disfuncional" de ese gesto y suspendemos así su funcionalidad".
S. Žižek, Menos que nada, pag 1043

Psicoanálisis y Política:
"Respecto a la política, la posición de Freud es la misma que la de Lacan: el psicoanálisis no proporciona nuevos programas políticos positivos para la acción; su logro definitivo, el "punto final" de su análisis, es haber discernido los contornos de una "negatividad", una fuerza disruptiva que plantea una amenaza a todo vínculo colectivo estable. Puesto que un acto político interviene en un estado de cosas, creando inestabilidad y a la vez intentando establecer un nuevo orden positivo, se puede decir que el psicoanálisis nos enfrenta al grado cero de la política, un "trascendental", una condición prepolítica para la posibilidad de la política. Una fractura que abre el espacio para que se haga paso el espacio político, una fractura que se ve saturada por el esfuerzo político de imponer un nuevo orden."
S.  Žižek, Menos que nada, pag 1045.

Poder y Resistencia; la invención de la sexualidad.
"Recordemos la tesis de Foucault, desarrollada en su Historia de la sexualidad, acerca de cómo el discurso médico-pedagógico que disciplina la sexualidad produce el exceso que intenta domesticar (el "sexo"), un proceso ya comenzado en la Antigüedad cuando las detalladas descripciones cristianas de todas las posibles tentaciones retroactivamente generaron lo que intentaban suprimir. La proliferación de placeres es por lo tanto el anverso del poder que los regula: el poder mismo genera resistencia, el exceso que nunca puede controlar; las reacciones de un cuerpo sexualizado ante su sujeción a normas disciplinarias son impredecibles."
S Žižek, Menos que nada, pag 1075

El papel del pueblo:
"Hegel estaba en lo cierto con su crítica al poder democrático del pueblo: "el pueblo" debe ser repensado como el trasfondo pasivo del proceso político; la mayoría siempre y por definición es pasiva, no hay garantía de que tenga razón y lo más que puede hacer es reconocer y reconocerse en un proyecto impuesto por agentes políticos. Como tal el papel del pueblo es en última instancia negativo: las "elecciones libres" (o un referéndum) sirven como control sobre los movimientos del partido, como un instrumento diseñado para bloquear lo que Badiou llama el "forçage" (forzamiento) brutal y destructivo de la Verdad en el orden positivo del Ser que está regulado por opiniones. Esto es todo lo que puede hacer la democracia electoral; el paso positivo hacia un nuevo orden social está más allá de su alcance."
S. Žižek, Menos que nada, pag 1084.

jueves, 5 de octubre de 2017

Suspiros de "Espanya".
Eduardo Abril

Para Benjamin nuestro presente no sólo debe pensarse como el desenlace de lo que sucedió realmente en el pasado, sino también como el resultado de lo que no sucedió, de aquellas potencialidades de futuro aplastadas que ese pasado contenía. Lacan nos enseñaba que lo reprimido siempre retorna como Real, como un golpe que nos sacude en la cara impidiéndonos mirar una vez más para otro lado. Nietzsche sabía que si hay algo de valioso en el hombre es su capacidad para mantener una promesa, contra viento y marea, algo que Badiou llamaría más tarde “fidelidad al acontecimiento”.

Esta es la mejor escena de la mejor película de Trueba y para mí una de las mejores que se han hecho acerca de esta “mierda de país”. Un país que contiene en su Historia una promesa a la que merece la pena mantener fidelidad y que tanta gente se empeña y se ha empeñado en aplastar. Una escena que termina con un abrazo y una despedida, signifique eso lo que signifique.