Página de filosofía y discusión sobre el pensamiento contemporáneo

lunes, 2 de septiembre de 2013

Otoño árabe.
Óscar Sánchez Vega

En cierto modo era previsible: después de la primavera árabe del 2010 y sin mediar el verano, nos encontramos con lo que muy bien pudiéramos denominar el otoño árabe. Después de la esperanza y los aires revolucionarios, el desencanto, cuando no la tiranía, la guerra y la muerte. Las causas son muchas, complejas y en buena medida desconocidas por mí – y barrunto que también por la mayoría de tertulianos y “opinadores” profesionales que, sin embargo, pontifican con aplomo-. En cualquier caso, no es este el tema de estas líneas. Lo que me interesa es valorar la acción política de lo que podemos llamar izquierda radical en España y Europa.

Da la impresión que el único criterio político que tienen algunos es la política de EEUU – y de las democracias occidentales en general- : si los yanquis dicen blanco, nosotros negro. Este pseudocriterio no es más que un automatismo del pasado que operó asidua y eficazmente entre la izquierda europea en el siglo XX. El antiimperialismo americano daba por sentado que EEUU es una potencia enemiga de la clase trabajadora y, por tanto, la posición americana es siempre contraria a los intereses de los trabajadores. De todas formas este criterio nunca operó de manera aislada en el pasado, era necesario coordinarlo con otros criterios que nos permitían identificar dónde se encuentran los intereses de la clase trabajadora en los conflictos sociales y políticos. Antes de la caída del muro los “buenos” eran aquellos que defendían las libertades civiles, la autodeterminación de los pueblos, la colectivización de los medios de producción, las políticas fiscales progresivas, la igualdad de género, la educación pública, denunciaban la explotación laboral, la discriminación racial etc. La situación actual es muy diferente en la medida en que ninguno de estos criterios puede aplicarse a los conflictos árabes contemporáneos. Cuando la lucha se establece entre los tiranos laicos o las dictaduras militares por un lado y los islamistas por otro ¿cómo saber qué opción tomar? ¿cómo identificar a “los nuestros”? La perplejidad de la izquierda sería absoluta si no fuera porque le queda un último asidero, una última referencia: los “malos” son aquellos a quienes apoya EEUU. Llama mi atención que en los foros radicales de la red este es proclamado sin rubor alguno como el criterio último y definitivo que ha de orientar la toma de partido del revolucionario europeo y español.

No hace falta profundizar mucho para comprender que estar en contra de los EEUU no puede ser, no debiera ser, el único criterio. Cualquiera que aspire a ser escuchado en relación a este tema debería presentar algún argumento sobre la justicia o injusticia de las demandas y los objetivos de las partes en conflicto al margen de cuáles sean los intereses económicos o geoestratégicos de EEUU en aquella parte del mundo. Se puede estar en contra de los militares egipcios, apoyados por EEUU, y también en contra del régimen de Bashar al Assad, objetivo, por lo que parece, de un inminente ataque por parte de EEUU.

Es en el fondo una obviedad: para dar una opinión acerca de cualquier conflicto político es preciso guiarse por algunos criterios. Si, como es el caso, entramos a valorar los conflictos del mundo árabe, la izquierda europea haría bien, a mi modo ver, tener en consideración criterios semejantes a los siguientes:
  • Deben ser apoyados los movimientos y partidos democráticos laicos allá donde surjan aunque sean una pequeña minoría.
  • Las tiranías y las dictaduras militares, aunque se cobijen bajo el manto del laicismo, son aborrecibles.
  • El islamismo, por razones obvias para un demócrata, no es una opción política defendible.
  • Cuando el conflicto se establece entre tiranos e islamistas no debemos apoyar a ninguno -solo a los demócratas laicos, víctimas de unos y otros-
  • Cuando uno de estos bandos indeseables aprovecha su superioridad militar y política para masacrar a su pueblo, como en el caso de militares egipcios, Gadafi o Bashar al-Assad, merece ser castigado de algún modo.
Si después de aplicar estos criterios, u otros semejantes, resulta que tenemos a los americanos enfrente apoyando a “los malos”... mejor para nuestra complaciente autoimagen de viejos revolucionarios antiimperialistas, pero, insisto, una acción, una postura política, no puede ser buena -o mala - por el mero hecho de ir en contra – o a favor - de los EEUU.  

15 comentarios:

  1. Muy interesante Óscar, especialmente el argumento del antiamericanismo; es algo que no se dice muy a menudo, pero merce la pena resaltarlo. Estados Unidos no puede ser el punto de partida para ninguna toma de postura; cualquiera que quiera pensar las cosas con un poco de profundidad no puede dejarse llevar por el discurso simplista antiamericano. La política norteamericana es un hecho muy complejo y no se puede reducir todo al discurso "Yankis imperialistas", aún cuando muchas veces es lo que hay, pero no todo lo que hay.
    No obstante, creo que ocurre lo mismo con el mundo árabe; creo que hacemos mal cuando tratamos de tomar posturas demasiado etnocentristas al respecto del mundo árabe, especialmente cuando tocamos el tema del Islam. Tampoco podemos caer en reducir todo lo que huele a religión a los Talibanes y Homeini. Creo que en el mundo árabe no existe la dicotomía, que sí existe en occidente, entre ser laico o religioso. El Islam no es una opción, es el aire que respiran y, por supuesto, es la política. Decir que preferimos una política laica en los países musulmanes es, casi, una contradicción en sus términos. Ahora bien, tampoco a mí me gustan los Hermanos Musulmanes tan poco como me gusta Bashar al-Assad. Los europeos ectuamos muchas veces, y no hay más que ver la prensa, como si hubiera que salvar a los musulmanes de ser musulmanes. Por eso, igual no se trataría tanto de apoyar movimientos democráticos laicos, según el modelo de los partidos occidentales, tal vez la idea sería, más bien, apoyar movimientos no violentos, sean o no, laicos, musulmanes o democráticos. Esos también los hay. Tal vez así, algunos musulmanes no creerían que esto es una guerra de religiones, y algunos occidentales dejarían de verlos como medievales que tienen que superar ya sus supersticiones.

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  2. Te doy la razón en parte: el término “demócratas laicos” suena muy etnocentrista y no parece que pueda despertar esperanza ni entusiasmo alguno entre los musulmanes.
    Convendría usar otro término, pero en el fondo creo que es la única solución. Con “laicismo” quiero decir simplemente que el estado debe ser neutral en materia de religión, un asunto esencial para la minoría copta en Egipto, por ejemplo. Pero incluso en los países casi íntegramente musulmanes, como Siria, estos no forman una comunidad homogénea: unos son alauitas, otros suniés , otros chiítas etc. Buena parte del problema Sirio, por lo que tengo entendido, es la preponderancia de la minoría alauita sobre la mayoría suní ¿cómo encontrar una solución? A mi modo de ver la solución pasa por un estado neutral, esto es laico. El término “demócrata” lo utilizo en el sentido que apuntas: “no violento”. Llamo “demócratas”simplemente a aquellos que no imponen por la fuerza su visión del Islam y del vida. Es, claro está, una noción muy simple y minimalista de “democracia” pero en este sentido hay un número importante de gente en los países árabes que merecen ser apoyados.
    Saludos

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  3. Hay una viñeta muy buena sobre las bombas que caían en Irak y unas víctimas colaterales que decían "nos vienen a democratizar". Has hablado de Libia, de Irak, que ahora se han convertido en países caóticos con el Estado y las infraestructuras destruidas por "el amigo americano". En Siria han muerto ya más de 100.000 civiles y hay casi 2 millones en campos de refugiados. La línea roja de la decencia no creo que se mida por uso de unas armas u otras. Las bombas americanas o francesas van a matar seguramente inocentes. La cuestión es si esa es la solución, la intervención a bombazo limpio y sin medir las posibles consecuencias en la explosiva zona de Oriente Medio. Si me explicas también a qué jugaba el trío de las Azores y cuáles eran sus intenciones (¿salvar al mundo?, ¿proteger a la población iraquí?). Entiendo que no se puedo usar el maniqueísmo para juzgar posiciones maniqueas. Por cierto, eso de que no se dice lo del "antiamericanismo imperialista trasnochado" es la primera falsedad que se puede leer. En todas las tertulias en las que opinan esos que dicen que no saben nada salen siempre repitiendo lo mismo que mantienes tu aquí...

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  4. Txemaki, en realidad no sé que contestarte, me atribuyes palabras e intenciones que no son mías. Respondo por lo que he escrito y mis amigos conocen qué hay detrás (desde luego nada parecido a justificar lo del “trío de las Azores”).
    En cierta medida me das la razón: la izquierda se muestra incapaz de analizar el conflicto de los países árabes al margen de las políticas y decisiones de los EEUU.
    Saludos

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  5. Creo Txemaki que no has entendido mucho de lo que dice el artículo. Se trata de denunciar el pensamiento fácil y estereotipado, que simplemente no vale para comprender la cuestión de Oriente Medio. No creo que encuentres aquí nadie que aplauda las bombas vengan de donde vengan. Y es de bastante mal gusto tu último comentario: " En todas las tertulias en las que opinan esos que dicen que no saben nada salen siempre repitiendo lo mismo que mantienes tu aquí...". He escuchado otras veces cosas así; como has leído aquí algo que debe sonarte parecido a algo que vete tu a saber dónde has escuchado también (no sé qué medios de comunicación o tertulias frecuentas) entonces concluyes que el autor del texto se alinea con esos "que no saben nada". No creo que aquí encuentres a nadie alineado con nadie, ni hinchadas de ningún "club" Txemaki, si es ese tipo de foros lo que estás buscando. Y créeme que es mucho más interesante discutir cuando no estás defendiendo o atacando a tu hinchada. Gádamer decía que el diálogo es la tentativa de sumergirte con otro en algo, con la intención de verse transformado. Te animo a que participes en Feacios con esa actitud.

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  7. Bueno, creo que lo que me parece un estereotipo, con perdón, es lo plasmado en el artículo. Por ejemplo el estereotipo de la "democracia" y los "islamistas" o la "izquierda". Incluso veo que enseguida sois capaces de identificar a un supuesto antimperialista porque mencione al trío de las Azores, cuando solo se exige al autor lo que exige a los demás, cierto rigor.
    Volviendo al texto y a los criterios de corrección planteados, no me explico porque EEUU apoya dictaduras en todo el mundo.¿Lo que opinas del islamismo sería aplicable a los demócrata-cristianos alemanes o al PP católico de la línea de Gallardón?
    Con tu lógica la democracia sería imposible, porque si un partido como el de Mursi en Egipto gana las elecciones y la solución es dar un golpe militar, ilegalizar su estructura política y convertirlos en terroristas, siempre estaremos abocados a la destrucción del otro.
    Respecto a Gadafi creo que hay que informarse mejor (era un gran amigo de ""los demócratas) pero leyendo el último punto dices que hay que castigar a quien se aprovecha de su superioridad militar para machacar. ¿Bombardeamos Israel? ¿Y quién es el que va a castigar? ¿La ONU?, ¿la OTAN?, ¿Los buenos?.
    Finalmente pido disculpas, leo Feacios con interés, soy amigo de Borja y no busco la polémica que se observa en las tertulias televisivas, pero si se exige rigor y pensamiento libre de estereotipos partamos del nuestro propio. Y me parece que, aunque el autor no lo pretendiese, ha caído en uno de los últimamente más extendidos.
    En todo caso, se debería aclarar qué se entiende por "partidos democráticos laicos". Estamos de acuerdo en que todas "las dictaduras o tiranías son terribles",pero si miras el mapamundi podemos ver que están de capa caída. Y las democracias no actúan siempre como tales... claro que Kant y la república nouménica está también en horas bajas.

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  11. Txemaki, tocas en tu último comentario temas más concretos sobre los que puedo responder. Voy por partes.
    Utilizo términos como “democracia”, “izquierda o “islamismo” porque no sé hablar de otro modo. No sé como decir algo sobre política sin manejar categorías semejantes. Especialmente porque me interesa especialmente reflexionar sobre lo que entendemos por “izquierda”.
    Entiendo que EEUU apoya a las dictaduras que favorecen sus intereses económicos y políticos, como el resto de países, aquí nadie se rige por ideales utópicos. En cualquier caso nada más lejos de mi intención que defender o justificar la política exterior de EEUU y menos aún la de Israel.
    En relación al golpe de Egipto estoy de acuerdo contigo. El golpe fue un terrible error. Es un buen ejemplo de lo que estoy denunciando: cuando los militares no se habían pronunciado y las masas abarrotaban de nuevo la plaza de Tahrir, la izquierda veía con agrado la revuelta; después del golpe, con el apoyo de EEUU, la valoración de la figura de Morsi y de la oposición laica cambia drásticamente. Es preciso tener un criterio más sólido, pienso.
    De nuevo, no seré yo quien justifique la conducta de las democracias occidentales con el régimen de Gadafi.
    Hay un punto en el que no me he expresado con claridad, lo reconozco, pero es porque tampoco lo tengo muy claro. Es el que se refiere al “castigo” que merecen los que masacran a su pueblo. En realidad no estaba pensando en bombardeos, ni nada de eso, sino más bien en el Tribunal internacional de la Haya y un juicio semejante al que tuvieron Milosevic o Karadzic por la matanza de Srebrenica. No siempre es posible este tipo de soluciones y no es fácil decidir cual es el castigo justo, pero espero que estemos de acuerdo en que crímenes de ese calibre (como la matanza de Sabra y Chatila, también) no debieran quedar impunes.
    La expresión “demócratas laicos”, como he respondido a Eduardo, puede que no sea muy afortunada.
    En cualquier caso creo que sigues sin comprender la intención última del post. Lo ha explicado muy bien Eduardo. Mi interés, mi preocupación está en el discurso político de la izquierda, porque me importa, porque me incumbe, lo quisiera libre de clichés y estereotipos.

    Saludos.

    Pdt: Muy interesante el artículo que enlazas. Estoy muy de acuerdo, pero apunta a otra cosa: un análisis y valoración de la política estadounidense. Lo que denuncio es que entre la izquierda existe una saturación insana de este tipo de reflexiones que nos impiden atender al conflicto concreto. Te propongo un juego. Imagina que los “tuyos”, partidos con ideas semejantes a las tuyas (y puede que a las mías) gobiernan en EEUU y los países occidentales. El pasado, claro está, no se puede cambiar, es el que es. ¿Qué harías? ¿qué haría la izquierda política en relación al conflicto de Siria? Tengo la impresión que estaría muy desorientada. Esto es lo que denuncio.

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  12. Pongo otra vez el enlace del artículo (desde la izquierda que escapará a los estereotipos señalados...) Santiago Alba Rico, lúcido:

    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=173276&titular=siria-la-intervenci%F3n-so%F1ada-

    Se había puesto tres veces pero al itentar eliminar dos elimine tres (un lio).

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  13. Por enlazar más referencias, el artículo que suscita mi reflexión es este:
    http://www.eldiario.es/zonacritica/Siria-EEUU-Guerra_en_Siria_6_169793023.html
    La autora se expresa con mucho más elocuencia de lo yo soy capaz.
    Saludos

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  15. Ahora quizá pueda explicar más claramente a quien me refería con la desafortunada expresión "demócratas laicos". Me refiero a Leila Nachawati (la autora del artículo que he enlazado). Su triste historia en la conferencia de la izquierda antiimperialista ha inspirado este post.

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