martes, 19 de junio de 2012
"Los renacuajos se convierten en sapos y los políticos construyen Estados".
Transcripción de Carlos Rodriguez Braun en el programa "La brújula" de Ondacero
lunes, 11 de junio de 2012
Arte en Soria.
Borja Lucena Góngora
http://www.javierarribas.com/
http://www.latidosdelolvido.com/
Publicación "CARNE: MATERIA PRIMA"
El arte puede servir a propósitos variados. Puede aspirar a construir refugios y defensas contra una realidad a menudo amenazante, a ensamblar un cielo protector en el que sea posible olvidarse de lo oscuro. Tenemos así un arte tranquilizador, como un medio amable y suave en el que abandonarnos a la ensoñación o la ternura. Sí, la realidad es siempre excesiva. Pero, tarde o temprano, el arte tiene que empeñarse en lo indecible, es decir, en la tentativa de mirar realmente cómo aparecen las cosas ante nosotros, cómo se reúnen en constelaciones que comúnmente evitamos atender, y cómo cada una de ellas desafía realmente nuestra capacidad de soportar. En este sentido, el arte no construye paraísos artificiales, sino que más bien es capaz de arruinarlos para arrojarnos la oportunidad de mantener la mirada ante lo que siempre esta ahí, ante el mundo en su materialidad escandalosa, ante nuestra vida siempre frágil en él, nuestra vida siempre inferior a la que las teorías filosóficas, las promesas políticas o las películas de Hollywood a menudo quieren darnos. La vida del más mundano de todos los seres –porque eso somos al fin y al cabo- ambiciona en el arte más mundo. La aportación del proyecto coral “latidos del olvido” ha de entenderse de esta manera, como una plasmación de la ambición por sumergirse en lo real, aunque sea a veces insoportable; una intervención que, lejos de debilitar la presencia del mundo, nos ofrece la experiencia del arte como una intensificación de la realidad, tal y como gustaba de decir Nietzsche.
domingo, 3 de junio de 2012
El sujeto cartesiano en el psicoanálisis freudiano.
Eduardo Abril Acero
El “yo” que descubre Freud no es otra cosa que el sujeto cartesiano llevado al paroxismo, y a éste, no hace sino proponerle un contrapeso, el del “extranjero interior”, un sujeto –ello- que supone una ampliación de la subjetividad que resquebraja la conciencia cartesiana, sin romperla. Podemos seguir siendo cartesianos, cree Freud, pero porque el sujeto racional, autoconsciente, el sujeto que planea y lleva a cabo sus proyectos, el que introduce modificaciones en la realidad para hacerla más benigna, resquebrajado por todas partes, es capaz de apuntalarse usando telas de araña.
En la primera tópica freudiana, el primer modelo de psiquismo que propone en el capítulo séptimo de La interpretación de los sueños, Freud nos habla de un sujeto que funciona de acuerdo a sistemas diferentes, los denominados sistema Prec-cons, y sistema Ics; no son otros que los sistemas consciente e inconsciente. El sistema inconsciente funciona de acuerdo con el proceso primario, lo que significa que la energía psíquica, a la que más tarde llamará libido se mueve de forma libre de una representación a otra. El resultado de este modo de funcionamiento es que, puesto que las representaciones -ideas, recuerdos, imágenes- pueden ser cargadas de una manera absolutamente libre, a modo de la fantasía o, más propiamente de la poesía, el resultado es que este sistema genera todo tipo de representaciones alucinatorias que le sirven al sujeto para descargar esta energía. Hablamos, evidentemente del principio del placer y de los sueños. De acuerdo con el principio del placer, que es el principio según el cual funciona el sistema primario, lo que se persigue es una descarga rápida del sistema, disminuyendo la tensión del sistema y generando placer. La manera más rápida de todas es la de generar representaciones alucinatorias a través de las cuales descargar estas tensiones. Esto se pone de manifiesto en las representaciones oníricas que suponen básicamente una realización de los deseos a través de alucinaciones.