Página de filosofía y discusión sobre el pensamiento contemporáneo

lunes, 26 de mayo de 2008

El cuadro de Marat y los Manuscritos del Mar Muerto


Esta semana Rafael Argullol publicó una interesante reflexión en su blog en torno al cuadro de Jacques-Louis David sobre Marat. Allí describe el filósofo cómo "toda la preparación iconográfica que hace David para la presentación del cadáver de Marat en la bañera va dirigida a conseguir esa sacralización de lo revolucionario. En ese sentido me parece que este cuadro y el protagonismo de Marat sería la culminación de toda la liturgia, de todos los rituales, de lo ceremonial puesto en marcha por parte de la revolución francesa para parecer no solamente un nuevo proceso histórico sino al mismo tiempo una nueva religión pagana del futuro francés y de Europa. Llama la atención toda la escenografía que se construye en la revolución, la apelación al cambio terminológico de los meses, de los días, el hecho de que la propia razón, centro del futuro de la humanidad, se convierte en la diosa razón. En ese ambiente revolucionario de crear una nueva religión evidentemente se necesitaban nuevos santos, y el que está más por encima de toda sospecha es Marat, llamado por todos a considerarlo incorruptible, incluso más allá de los distintos partidos".

Argullol, como vemos, pone de manifiesto algo muchas veces ya dicho pero que, dificilmente cala en la sociedad contemporánea: todo proceso histórico y toda justificación política implica, queramos o no, aspectos que carecen de justificación fuera de ese mismo proceso, de las instituciones que alumbra y del léxico gestado para mantener la ficción. También la razón, la democracia y el mundo contemporáneo sucumben a este mal posmoderno que, sin quererlo, y mirándose al ombligo, ha descubierto que no hay una única barriga. Tenemos la tentación de denunciar otros léxicos como religiosos, como ideologías paganas, como instrumentos de manipulación y control social, sin darnos cuenta de que todo lo político está aquejado por ese mismo pathos; también la democracia es, como bien ha señalado Deleuze, un poderoso mecanismo de control social, una herramienta ideológica poderosísima.

El cuadro de Marat, tan cargado de los mismos elementos como cualquier otra religión, pone de manifiesto, como bien señala Argullol, el nacimiento de esta nueva fe. Queramos o no, tanto le debe la democracia actual al ginebrino Rousseau, como a sus padres reconocidos, Locke y Hobbes. Sin una poderosa ideología que nos haga vernos como “hombres libres”, que nos obligue a ser libres, no lo seríamos.

Estos son nuestros “manuscritos del mar muerto”.

9 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo Edu.Y no sólo el cuadro de Marat,toda la revolución francesa( y despues la rusa) fue un continuo desfile y asimilación de rituales y el intento de construir una socialización nueva por la vía del ritual( después llegarían otras formas de socialización más eficaces, como nuevas relaciones de producción, de concrección juridica y de coerción política. .eL CONCEPTO DE CIUDADANO ES OTRO MITO, eso sí, con poderosa articulación conceptual, que permite compartirla entre muchos y resulta muy atrayente para la identidad particular y la consecución de fines practicos.Es decir, es un mito verdadero. Pero la ciudadanía griega es una fañlacia basada en la socialización de la polis, de hecho el individuo surge cuando aquella muere.En cuanto a la democracia moderna, hay que decir que no surge de la evidencia de la razón, sino de una larga adecuación a diversas tensiones sociales.Desde luego, no surge de métodos democráticos, sino de una socialización en las escuelas y familias. De hecho, es en el colegio donde mejor se puede socializar en valores democráticos más o menos universales,pues es el ámbito dodnde los valores familiares se tienen que medir con el mínimo común denominador de una vida en sociedad.Eso es lo que tiene que enseñar,EPC, no sermonear sobre el neoliberalismo. pero tampoco sobre el matrimonio gay. Ese es el problema, los contenidos mínimos debn ser muy cuidadosos, basados en un gran consenso social( hace cien años ser liberal era pecado) Yo veo claro que es una cortina de humo, una guerra de playstation. Y los sentimientos se educan y menos mal que lo hacemos.Yo hubiera liquidado a millones de hinchas del real madrid en mi infancia

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  2. Aquí, Edu y Santi, me parece que os pasáis un poco.

    Entiendo lo que queréis de decir y concedo que la ilustración y el estado moderno se justifican en base a un relato que bien puede ser considerado mito. Pero, y aquí estoy con Borja, no todo puede ser considerado un mito, no todo puede reducirse a una cuestión lingüística.

    El pensamiento, al menos el mío, debe “tomar tierra” en algún sitio, fijar una realidad a la que subordinar el resto y desde la cual decidir que mitos son luminosos u oscurantistas. Par mi esa realidad substancial, en términos aristotélicos es el individuo, el ser humano particular y concreto, de carne y hueso. Me adelanto a vuestro reproche: la noción de individuo es una construcción social tan arbitraria como otras, pueblo, raza, cultura etc. A estas alturas ya no caben argumentos, es preciso elegir.

    Los, a veces denostados, racionalistas acertaban en varias cosas, pienso, entre ellas en la manera en que representaban la estructura de la razón siguiendo el modelo de lo que hoy llamaríamos un sistema formal axiomático. Pues bien los axiomas son indemostrables pero sirven para justificar el resto de enunciados. Todo pensamiento parte de unos axiomas y es vano discutir cuál es el axioma “más verdadero” Uno de mis axiomas es el de individuo, Edu prefiere el de “léxico”. Si aceptamos que el individuo es una realidad “de primera división” hay razones objetivas para preferir la democracia a otros sistemas políticos, de lo contrario tiene razón Edu, todo se reduce a una especie de lucha por la vida entre diferente léxicos.

    Concretando, es verdad que el cuadro de Marat forma parte de la iconografía laica de la modernidad, anuncia una nueva ideología. Pero no comparto que todo el proyecto ilustrado pueda reducirse a ideología, léxico o mitología. Desde el punto de vista del individuo el proyecto ilustrado es MEJOR que el del Antiguo Régimen.

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  3. Bueno, no me encuentro hoy tan solo. Estoy de acuerdo con Óscar: no todo es lenguaje que se fagocita a sí mismo, sino que el lenguaje mismo, para serlo, cuenta con aquello que no es lenguaje y forma parte de su sentido. No todo es, simplemente, un mito; los mitos, incluso, no se confunden en una homogénea realidad creada por ellos mismos, sino que se hallan involucrados con una realidad en la que tienen unos u otros efectos. Puedo aceptar que todo relato es un mito -en el sentido primigenio, precisamente: relato- pero todo relato refiere a una realidad, ya sea existente o proyectada, y, por ello, en su seno se dan de manera primaria referencias ineludibles a lo verdadero, por un lado, y a lo deseable, por otro. Para resumir, el ejemplo de Marat es acertadísimo: el de un mito político que sacraliza la violencia como nuevo credo y al estado como nueva iglesia. Podemos decir que todos los mitos son iguales, pero entonces perdemos de vista que, como símbolos, refieren a una realidad en la que encuentran acomodo. La diferencia está en que algunos relatos toman la realidad como marco en el que desarrollarse, y aceptan las limitaciones qure ésta presenta, mientras otros no aceptan más realidad que la trazada por la propia ficción, y. por lo tanto, se revuelven contra lo real tratando de destruirlo. Esta es la furia asesina de Marat, la del primado de la pura voluntad sobre cualquier consideración acerca de lo que es el hombre y la realidad que se construye. Marat y los revolucionarios "sans-culotte" tratahn por todos los medios de eliminar toda realidad que se enfrente a la imaginaria estatuida por la voluntad abstracta. David convierte su demencia asesina en una "educación para la ciudadanía" basada en que la sociedad ha de ser perfectamente homogénea y "buena", y todo lo "malo", por ello, ha de ser exterminado. Marat, desde su periódico "El amigo del pueblo", considera que todo aquello que se aparte de las afecciones jacobinas, del amor a la revolución por encima de todo, ha de desaparecer; por eso, sus c0lumnas se dedican a señalar a todo aquel que, no plegándose a su utopía sanguinaria, ha de ser eliminado. ¿Esta es la idea moderna de "ciudadanía? Sin duda es una de ellas, pero distorsiona el significado de la palabra para convertirla en mero sello de corrección política. Es la idea de ciudadanía de Lenin, de Mao, de Castro o de Videla, pero poco tiene que ver, y esto es preciso aclararlo, con la fundante de la polis griega o la de los liberales del XVII. El bueno de Marat´, como gran proyecto político, empezó diciendo, en 1790, que si en el año anterior se hubiera ejecutado 500 "enemigos del pueblo", no sería preciso en ese momento eliminar a 10.000. Un año después consideraba que era necesario, para preservar la revolución, asesinar de 200.000 a 300.000 personas más. Todos los mitos son iguales, pero unos son más iguales que otros.

    Dado el modelo copiado por Davis -la agonía de Cristo-, la verdad, me quedo con el original.

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  4. (Perdonad que introduzca este comentario, pero es que no he leído el artículo de Óscar hasta ahora. Me ha parecido un gran artículo, es verdad, dotado de una claridad expositiva y conceptual envidiable. Eso no quiere decir, of course, que esté de acuerdo. Para no alargarlo demasiado:
    1- el problema de la definición de "izquierda" que ofreces es, creo, su operatividad en la realidad política actual. Tal y como la esbozas, esa izquierda parece más un "deber ser" que la constatación de una realidad. Esa izquierda, hoy en día, es una clase vacía, porque, ¿no es hoy considerado de izquierdas exactamente lo contrario? Todo partido que disfruta del prestigio de ser considerado "de izquierdas" defiende exactamentew lo contrario: nacionalismo más o menos embozado, asimetrías variadas, multiculturalismo, relativismo..... Repito mi critica: yo defiendo la inoperatividad del concepto de "izquierda" porque cada uno le da el significado que se le antoja, y por eso no sirve para saber qué programa político concreto defiende alguien que se dice "de izquierdas". Introducir claridad en ello es encomiable, tal y como haces, pero el problema es que tendrías que convencer a toda la izquierda de que fueran auténticamente de izquierdas, lo que me parece difícil. De todos modos, me parece que aclaras -aunque perciba alguna laguna que ahora no puedo s´ñalar- el término lo suficiente para permitir discutir sobre él, lo que es algo importante.

    2- No entiendo por qué la derecha, cuando es liberal, es por "necesidad"-así como "sin querer"- mientras "la izquierda" lo es por esencia. De hecho, vistos los derroteros históricos, parece que las tornas se cambian facilmente. Creo que aquí no te has explicado lo suficiente.

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  5. Borja, en relación al primer punto que planteas, yo no creo que la izquierda haya abandonado por completo el concepto de igualdad, de hecho es una palabra que tienen a menudo en la boca, Si recuerdas en la sesión de investidura el único momento en el que se vio crispado a ZP fue cuando Rosa Díez le acuso de no propiciar la igualdad, eso le dolió, y respondió airadamente –con cuatro tópicos demagógicos, es verdad- Otra cosa es que sean incoherentes y caigan en contradicciones pero… para eso estamos nosotros –los ciudadanos- ¿no? Para denunciarlo y echárselo en cara. Además pienso que entre la militancia y los simpatizantes sigue siendo una idea fuerte que articula toda una forma de ver la vida y la política.

    En relación al segundo punto la verdad es que no lo pillo. ¿Qué quieres decir exactamente? ¿o que he dicho yo que no compartes?

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  6. Me refería a que, si no recuerdo mal, decías que la derecha sólo ha adoptado el liberalismo cuando se ha visto empujada por las circunstancias, no por convencimiento propio. Me parece ver en esto la afirmación de que lo bueno que hay en la derecha es "a su pesar", mientras que lo bueno que tiene la izquierda es intrínseco y cosustancial a ella; es decir, me parece que estás aventurando un juicio de intenciones que queda fuera de la esfera de lo político. Más que la representación de una realidad política, ambos términos me parecen, en sí mismos, una mera valoración moral que estorba la consideración intrçinsecamente política de las cosas.

    Por otro lado, se me olvidó algo importante en relación a tu artículo: creo que se da una desproporción elemental en los juicios referidos a lo llamado "derecha" e "izquierda". A mí no me sirven esos conceptos porque llevan adheridas, respectivamente, una valoración negativa y una positiva, pero es una valoración puesta "ante rem", es decir, fruto de un juicio que sólo tiene en cuenta lo que le interesa, mientras desecha lo que no vale. En el caso de "la izquierda" es evidente: el juicio se desprende, generalmente, de la sola consideración del plano teórico de los principios ideales, desechando de una forma u otra el plano empírico como no significattivo para el caso; así, se tienen en cuenta los principios abstractos de "igualdad", o "solidaridad", o "justicia", pero no se toman en consideración los hechos brutos que han producido quienes se veían guiados por tales ideas. Así, cualquier teoría resulta agradabilísima, porque el problema de las ideas políticas no se encuentra en la esfera voluble de los principios, sino en el de las consecuencias pragmáticas de su ejercicio. Si sólo se tiene en cuenta a "los ideales", el comunismo es fantástico: todos libres, sin alienación productiva, disfrutando de las propias potencialidades..... Estupendo, pero, ¿qué ha ocurrido cuando se ha querido ejercitar ese paraíso pensado? Entonces empiezan las justificaciones ad hoc: es que, en realidad, la U.R.S.S. no era de izquierdas, es que traicionan los ideales....¡claro!

    Es decir: si mantuviéramos el mismo criterio para juzgar a "la derecha", todo sería igualmente maravilloso: sueño americano para todos, desaparición del estado y autorregulación de la sociedad civil.... El plano de los principios, por definición, elimina las impurezas de la realidad para presentarse como perfección inmaculada. Entonces, ¿Por qué juzgamos a "la izquierda" sólo por los principios, obviando los hechos, mientras que a "la derecha" la juzgamos únicamente por los hechos, obviando los principios? ¿No existe aquí una desproporción descomunal del juicio?

    Esto me lleva a concluir: aunque puede que a veces me haya explicado mal, yo no defiendo que "izquierda" y "derecha" no terngan significado histórico o sean indistinguibles, lo que defiendo es que, en el plano de los hechos, se confunden tan a menudo que evitan hablar con claridad de política. Repito: se han quedado en etiquetas que pueden vender cualñquier cosa. Creo que la realidad política ha cambiado y ya no valen las categorías que funcionaban a principios del siglo XX. Quizás los principios de uno u otro se distinguen, pero a mí me importa las acciones concretas y, creo, en las acciones determinantes no existe una diferenciación clara y distinta entre una y otra: cualquier acción, de hecho, es "de izquierdas" o "de derechas"....¡según quien la haga! Así no es posible aclararse. Ambos rótulos han amparado veces numerosas el asesinato y el exterminio del disidente, de la misma forma crudelísima e inescrupulosa. Quizás sea mejos, en el plano de los principios, ser asesinado por la "izquierda" q2ue por la derecha (no sé, a lo mejor muriendo a manos de la izquierda promocionas el bien de la humanidad), o mejor morir a manos de "la derecha" (quizás porque así la nación se redime en tu sangre, o lo que sea), pero, al fin y al cabo, el hecho en sí es exactamente el mismo.

    Me parece elogiable tu intento de introducir racionalidad en un turbio caos de afectos y emociones, pero... quizás es demasiado tarde y es preciso buscar racionalidad en otro sitio.
    Un saludo.

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  7. Ahora entiendo lo que dices, Borja.

    Lo que afirmo es que lo que llamamos derecha es plural. No acuso de oportunista a la derecha liberal que si es considerada como “derecha” es más por la deriva de la izquierda a finales del XIX que porque ella haya cambiado de posición política.

    Pero me reafirmo en que la derecha tradicionalista abraza el liberalismo por puro oportunismo y porque no le queda otro remedio. Si esta derecha tradicionalista tuviera la posibilidad, como la tuvo durante el franquismo, España volvería a ser la reserva espiritual de occidente y el liberalismo sinónimo de masonería y corrupción moral.

    En relación a tu otro comentario reconozco que parte de razón tienes. Sin embargo yo no estoy por separar la teoría de la praxis y sostengo que si la praxis soviética fue nefanda es porque su teoría también lo es al despreciar por completo la libertad individual y si el terrorismo anarquista es debe ser denostado también debemos rechazar las especulaciones de Malatesta o Bakunin por su desprecio a la legalidad, su irracionalidad o la falta de tolerancia.

    En cualquier caso cada uno a lo suyo: a nosotros como filósofos, o mejor humildes profesores de filosofía, nos compete el estudio del “Espíritu Absoluto” o “mundo inteligible” o llámalo como quieras. Este trabajo puede ser incompleto pero sin duda es necesario.

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  8. Si te refieres al tradicionalismo, estoy de acuerdo en que ha abrazado el sistema liberal por conveniencia o impotencia para derribarlo. Es verdad que una amplia sección de la derecha histórica abrazó el posibilismo como modo de sobrevivir esperandpo la ocasión para destruir las garantías liberales y volver a erigir algo así como el Antiguo Régimen. Fue el famoso "caminemos todos juntos por la senda constitucional" de Fernando VII, o lo que parte de la CEDA planteó ante la II república. SIn embargo, creo que este juicio es parcial si no se extiende, de la misma manera, a la izquierda histórica: se puede decir exactamente lo mismo de casi todos los partidos de izquierda marxista, ya que, cuando han reconocido regímenes liberales, ha sido también por necesidad táctica antes que por convencimiento liberal o democrático. Así, la II república fue aceptada por el PSOE y el PCE como estadio intermedio hacia la revolución y la dictadura del proletariado; no con el ánimo de forjar un régimen liberal-democrático, sino de "superarlo".
    Un saludo.

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  9. Más sobre el cuadro de Marat aquí:
    http://www.elboomeran.com/blog-post/1/5489/felix-de-azua/el-primer-asesinato-popular/

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